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¿Qué es Pentecostés?
50 días después de Pascua los judíos celebraban la Fiesta de las Semanas (llamada "Shavuot", que quiere decir "Semanas", pues se fijaba siete semanas después de la Pascua). En la Iglesia ha quedado con el nombre de "Pentecostés", que significa "quincuagésimo", pues es el día 50 después de la Pascua. Los judíos celebraban que habían recibido la Ley de Dios por medio de Moisés ("los 10 mandamientos"), y que era el fin de las cosechas (por eso se llamaba también "Fiesta de las Cosechas" o "de las Primicias" -pues los primeros frutos se ofrecían en el Templo-).
La Iglesia celebra que justo ese día, estando reunidos -encerrados por el miedo- los Apóstoles, el Padre y el Hijo les envían el Espíritu Santo. Entonces, impulsados por Él (y sostenidos, inspirados, fortalecidos, guiados...) se vuelven en valientes testigos de Cristo que empiezan a anunciar la Buena Noticia de la Salvación a toda la Creación. Los creyentes accedemos a las gracias de la Salvación gracias al Espíritu Santo, que obra en la Iglesia -sobre todo por medio de los Sacramentos- y la mantiene unida; además, habita en cada creyente y lo une a Jesucristo de manera inseparable.
El Espíritu Santo, tercera Persona de la Santísima Trinidad, es Uno con el Padre y el Hijo. Como decimos en el Credo: es Señor y dador de vida, procede del Padre y del Hijo, y con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria; y habló por los profetas. Él es quien por quien se ha encarnado el Hijo, Él nos lleva a conocer y entender a Cristo, el que inspira la Sagrada Escritura, el que sostiene la Tradición Apostólica, el que asiste al Magisterio de la Iglesia; el Espíritu Santo obra en la Liturgia Sacramental, en la oración, en los carismas y ministerios, es el que da testimonio en los Santos, etc. (ver Catecismo de la Iglesia Católica a partir del número 687).
"Dios es Amor" (1 Jn 4, 8. 16), y el Amor es el primer don, el que contiene todos los demás. Este amor "Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado" (Rm 5, 5). El Espíritu Santo que Cristo, Cabeza, derrama sobre sus miembros, construye, anima y santifica a la Iglesia. Ella es el sacramento de la comunión de la Santísima Trinidad con los hombres.
Hay mucho que celebrar en este día: Dios nos ha amado primero y nos ama continuamente por el Espíritu Santo.








